domingo, 20 de junio de 2010

Cambio y Democracia para Las Mujeres

CAMBIO Y DEMOCRACIA PARA LAS MUJERES: 4 CLAVES DEL DEBATE
Pilar Duran, Concejala Independencia

Como lo han señalado los informes internacionales del PNUD: “el progreso hacia la equidad de género ha sido disparejo y lento”. Así lo indico la 54ª sesión de la Comisión sobre el Estado de la Mujer. Veamos algunos datos proporcionados por organismos internacionales competentes:

Primero, educación. Alrededor del 60 por ciento de los países han logrado la paridad de género en la educación primaria, 30 por ciento en la educación secundaria y sólo 6 por ciento en la educación terciaria. Al ritmo actual de progreso, el objetivo de eliminar la disparidad de género en todos los niveles de la educación para 2015 está lejos de ser alcanzado. Un grave problema para las mujeres y familias del mundo.

Segundo, economía. Casi dos tercios de mujeres en los países en vías de desarrollo desarrollan actividades vulnerables, trabajando por cuenta propia, o realizando trabajo familiar no remunerado. Como resultado de la crisis económica global, una mayor cantidad de mujeres se ven obligadas a tomar trabajos vulnerables con respaldo limitado, o inexistente, que las proteja de la pérdida de ingresos durante el receso económico.

Tercero, violencia. En el transcurso de sus vidas, por lo menos una de tres mujeres es golpeada, forzada a tener relaciones sexuales, o agredida por su pareja, y una de cada cinco mujeres será victima de violación o intento de violación. El número es aún más elevado durante períodos de conflicto armado.

Cuarto, mujeres en política. El promedio mundial de mujeres en el parlamento (18.6 por ciento) está lejos de la meta del 30 por ciento establecido en la Declaración de Beijing y en la Plataforma para la Acción. Al ritmo actual, llevará otros 40 años lograr la paridad de género. De 9 mujeres jefas de estado o gobierno en 2000, se aumentó a 15 en marzo 2009. Se registraron avances en América Latina y el Caribe, donde las mujeres ocupan el 22 por ciento de las bancas parlamentarias, el promedio regional más elevado.

Finalmente, es prioritario un nuevo liderazgo político femenino que contribuya a la construcción de sociedades equitativas y que enfrenten esto temas. Un desafío es comprender claramente que, la integración de las mujeres es la integración de todos y todas.





pili

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